"Más ágil que una tortuga,
Más fuerte que un ratón,
Más noble que una lechuga,
Su escudo es un corazón.....
Es....¡¡¡el Chapulín Colorado!!!"
Con el super- comediante...chespirito. Así empezaba la serie. Joder, ¡¡qué tiempos de felicidad aquellos!! Yo, por aquellos años vivía en El Albir, que es la playa de Alfaz del Pi. Teníamos un aparato conectado al satélite Astra y pillabamos la cadena de televisión mexicana, Gala-visión.
Eran un pelín monotonos, no lo negaré. Cuando no estaba el Chavo del 8 en su vecindad estaba El Chapulín Colorado pero yo me tronchaba. Sin embargo, un buen día se jodio el cachicbache que me permitía ver Gala-visión y por la razón que fuera no se volvío a arreglar. Ese fue el fin momentaneo del Chapulín para mi.
Nosotros solíamos ir de vacaciones a Zaragoza a ver a la familia y alli tengo un tío que es una persona a la que he idolatrado desde chiquito. Pues bien, el bueno del tio Arturo, estaba más pillado si cabe con el Chapulín que yo y se dedicaba a grabar todos los episodios en VHS que luego almacenaba cuidadosamente en su librería. Os imaginaís quien volvía de Zaragoza con el coche lleno de cintas del Chapulín y mi padre despotricando y jurando en arameo porque el coche iba hasta la bandera de cosas y no se cabía, y nunca más volvería a salir de vacaciones y bla bla bla........
El Chapulín es un anti-héroe en todos los sentidos. Es un patoso, un torpe, tanto, que los demás siempre prefieren evitar reclamar sus servicios:
"llegamos a saber y hubieramos llamado a Batman..."
"En primer lugar, Batman está de luna de miel con Robin, y en segundo lugar, estando aqui el Chapulín Colorado, en ningún momento necesitamos superhéroes importados...."
El chapulín vestía un uniforme enteramente rojo, con un corazón amarillo en el pecho y las iniciales CH. En la cabeza llevaba dos antenas a las que se refería como antenitas de vinil, que eran las que normalmente le avisaban de los peligros imminentes ( " alto, alto, que no panda el cúnico, mis antenitas de vinil están detectando la presencia del enemigo....") Solía usar un martillo rojo, su chipote chillón, para acabar con los villanos. Cuando lo necesitaba, estuviera donde estuviese, silbaba y le lanzaban desde fuera de camara el chipote chillón. Sus particulares cruzadas las comenzaba al grito de: "Síganme los buenos". Casi siempre en este momento se golpeaba de cara contra una puerta o una pared o se caía por una ventana....
Siempre que alquien le apuntaba un hecho obvio y trivial pero que el pobre Chapulín no había dilucidado todavía, contestaba: "Lo sospeché desde un principio" ó "se aprovechan de mi nobleza...".
Su lucha contra los villanos siempre acababa en situaciones cómicas, como el malo de turno llamándole: "toooorpe". Cuando al final daba una en el clavo y pillaba a los maleantes, el Chapulín proclamaba: "No contaban con mi astucia" para acabar haciendo alguna torpeza de las suyas. El pobrecico era incorregible.
La mítica frase por excelencia del Chapulín era "Yo opino...". Frase que nunca llegaba a concluir porque siempre le interrumpían.
Otra de las grandes cualidades del Chapulín reside en su habilidad para recurrir a los refranes a la hora de dar consejos....
Aqui, hay una pequeña recolección de éstos:
Más vale solo que mal que por bien no venga.
Es de sabios lo comete cualquiera.
Un error se comete al equivocarse.
Cría cuervos y te diré quien eres.
Dime con quien andas y te sacarán los ojos.
No por mucho madrugrar, jamás su tronco endereza.
Arbol que crece temprano, amanece más torcido.